Feminismo

La amenaza de “ser una mujer egoísta”

En el patriarcado, las mujeres solemos vivir bajo la amenaza permanente de “ser egoístas”. Se nos tacha de egoístas si pensamos en nosotras, si gastamos dinero en nosotras, usamos nuestro tiempo para nosotras, buscamos hacer lo que queremos e invertimos nuestros recursos de cualquier tipo en nosotras mismas. Incluso, puede que haya quien nos diga que “nos portamos como hombres”, “buscamos ser como hombres” o que “nos vamos a volver como los hombres” al tomar decisiones con nosotras mismas como prioridad.  Hay muchas formas de analizar críticamente estas afirmaciones y hoy quiero compartirte algunas cosas muy puntuales para hacer nuestro análisis:

Primero, es necesario tomar en cuenta que las mujeres somos criadas y socializadas para percibirnos a nosotras mismas como un personaje secundario en nuestra propia vida: solemos ser llamadas a poner a los demás en el centro de nuestras vidas -y si se trata de hombres, mucho mejor-. Se nos aplaude por dejarnos de lado y dedicar nuestra existencia a trabajar gratuitamente para otros en el nombre del amor. ¿Cómo? Mediante los mitos de la feminidad, el instinto materno y el amor maternal, por ejemplo. Se nos enseña a ser las responsables de todo el trabajo reproductivo -que no es visto ni valorado como trabajo y por el cual no se recibe ningún tipo de paga- y se nos enseña a percibirlo como amor y no como el trabajo que en realidad es. Esto, a la vez que tenemos jornadas de trabajo productivo -aquel que sí se realiza en el mercado laboral, que sí considera trabajo y por el cual se recibe una paga-; por lo que en realidad tenemos dobles o triples jornadas -la tercera jornada serían los trabajos de cuidados, como cuidar de las personas enfermas, por ejemplo-. 

Entonces, una mujer adulta que dedique su vida completa al bienestar de las demás personas será socialmente percibida como una “buena mujer”. Entre menos piense en sí misma, más “buena” será. 

Por otro lado, se nos dice que los hombres sí hacen eso de ponerse ellos al centro de sus vidas, que “piensan en ellos mismos”, que “son libres”, que “se priorizan”, que son “más autónomos”. Y esto, hasta parece ser cierto. Sin embargo, el sistema es mucho más complejo que este pequeño argumento. 

En realidad, en el patriarcado, los hombres no son llamados a ponerse al centro de sus vidas, sino a ponerse al centro de las nuestras. Tener una o varias mujeres a su servicio -dispuestas a entregarle todos sus recursos de todo tipo- es parte del paquete de privilegio que el patriarcado otorga a los hombres por el hecho de ser hombres en el sistema. 

No es que los hombres se prioricen en su propia vida, es que se priorizan por encima de la nuestra. No es que piensen en sí mismos, es que piensan en sí mismos por encima de nosotras. No es que sean libres, es que cuentan con todo lo que obtienen a través de los privilegios y formas de abuso con las que cuentan. ¿Cómo se ve esto reflejado en la vida real? Por ejemplo, según datos del INEGI,en 2021, las mujeres realizamos el 73

.9% del trabajo reproductivo -trabajo doméstico no remunerado-, mientras que los hombres realizaron el  26.1% de este. Esto se traduce en que los hombres cuenten con muchas más horas de tiempo “libre” para dedicárselo a sí mismos. Esto de ninguna forma puede llamarse libertad, pues implica que los recursos -como el tiempo- quedan disponibles para ellos a costa de que sea una mujer la que absorba ese tiempo de trabajo, además del que ella tendría que hacer para sostener su propia vida. Esto es abuso, es violencia y debe detenerse. 

Así que, para entender mejor los conceptos habrá que decir que el egoísmo es ponerse al centro de la vida de alguien más -y esto es un abuso- para obtener algo para sí como resultado de ese abuso. Implica quitarle a alguien lo que era para sí y tomarlo para mí, como en el ejemplo del tiempo invertido en trabajo reproductivo. 

Si yo me pongo al centro de mi propia vida, ejerciendo mi poder y responsabilidad, sin abusar de nadie, no soy egoísta, soy más bien una persona adulta y autónoma, capaz de hacerme caso y hacerme cargo de mí misma. 

Para tener una vida de auténtica salud y bienestar, necesitamos reclamar nuestro derecho a ser las protagonistas de nuestra vida, es decir, a ser autónomas, a ser nuestro propio centro. 

Si quieres comenzar o seguir transformando tu manera de entenderte y entender esta y otras cuestiones de la vida, contáctame aquí para concertar una cita e iniciar tu proceso terapéutico. Puede ser presencial o virtual. 

Más sabias, más sanas, más libres. 

Soberania

Fuente: 

Instituto Nacional de Estadística y Geografía. (2022). Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo. Resultados al cuarto trimestre de 2021. Recuperado el 26 de abril de 2023, de https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2022/CSTNRH/CSTNRH.pdf 

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *